miércoles, 22 de febrero de 2012

Sesion 18


Ser libres nos permite tener nuestra propia esencia, nos permite transcender y fluir con nuestro propio Ser, ahora bien, ¿hasta dónde llega la libertad moral?, ¿hasta dónde llega esa capacidad de sustraerse al influjo de lo sensible? Somos ante todo seres racionales, pero también somos hombres de carne y hueso, hombres, pues, con afectos, sentimientos, deseos, miedos e inclinaciones, que pugnan de continuo por hacerse con las riendas de nuestra voluntad. Ser racional es ser alguien pensante, alguien analítico, libertades hay muchas pero su esencia es la misma, debemos conservar ese sentido de libertad y sobre todo reconocer la libertad cuando la tenemos, el hablar, el expresarnos, el vestirnos a nuestra manera… todo eso es libertad. 

La libertad del hombre no es por tanto ilimitada. Su primer límite es la propia situación en la que uno vive y está: es contando con ella y a partir de ella como puedo ejercerla Una libertad que no dependiera de nada ni de nadie, una libertad total, sencillamente sería inhumana, irreal e imposible. En la medida en que vivo en una situación histórica, real y concreta, en una familia, ciudad y época determinadas, en esa misma medida dependo y soy según ellas, y ejerzo mi libertad dentro del marco que ellas me proporcionan.

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