martes, 20 de marzo de 2012

Sesion 25



Para hablar de ciudadanía, lo primero que debemos comprender es que hablamos de un concepto que ha evolucionado a lo largo de la historia. Ciudadanía en pocas palabras es un concepto en donde se presenta a los “seres humanos como sujetos que participan en igualdad de derechos y deberes como miembros de la sociedad en la que conviven y trabajan”
Un ciudadano se debe caracterizar por un sentido de “pertenencia a una comunidad política, el disfrute efectivo de unos derechos que incluyen, muy especialmente, la posibilidad de participación las tareas de gobierno de la propia comunidad política”
Sin embargo y al menos en nuestra sociedad mexicana, estas condiciones difícilmente se cumplen y hay que ser claros: no toda la responsabilidad recae en nuestros gobernantes, la ciudadanía es un derecho, pero también  una obligación.
En primer lugar, las fallas en nuestro sistema educativo mexicano han permeado históricamente la posibilidad de que todos los habitantes de esta nación tengan pleno conocimiento de sus derechos  como ciudadanos. Esta condición muchas veces es aprovechada por diferentes individuos para pisotear estos derechos contenidos en nuestra Constitución.
Por otro lado, la ciudadanía se caracteriza en la participación activa de los ciudadanos en la política.
En nuestro país este es problema evidente: son muy pocos los ciudadanos que participan activamente en la política nacional, no solo se ve reflejado en el bajo nivel participación en los votantes que se da elección tras elección aunque este punto quizá sea muy controversial, debemos recordar que la democracia, y en este caso la ciudadanía, es mucho más que participar en el sufragio. México y “su democracia” han ocasionado que muchos de sus ciudadanos optemos por permanecer en la minoría de edad como menciono Kant, en el anonimato, en la irresponsabilidad como ciudadanos,  ya sea por pereza o por cobardía. Salimos a votar para elegir a nuestros “tutores” a los que pensarán y actuaran por nosotros. Si  hacen bien su trabajo, que bueno y si lo hacen mal, pocos les reclaman, pocos los presionan, pocos están dispuestos a exigir porque nos hemos acostumbrado a la pereza mental y a no cuestionar a un “líder”. Ante un mal gobernante muchos prefirieren esperar al siguiente, pensando:
*ojalá que el próximo sea el que todos esperamos.
Tenemos que dejar de ser una sociedad pasiva, debemos empezar a exigir a las autoridades, a participar activamente en la política nacional, a interesarnos por saber quiénes son y que están haciendo nuestros representantes. Aprendamos a ser ciudadanos, volvámonos una sociedad crítica, los gobernantes están ahí para servir y no para pensar por nosotros.

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